Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la gran https://arranqkyc067573.bloginwi.com/72147413/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane