Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://cyruscqlg018689.blogaritma.com/36563053/el-choque-zidane-materazzi-que-hizo-historia